Action Comics Annual #12 (Agosto 2009)

Guión: Greg Rucka
Dibujo: Pere Pérez (Portada de Renato Guedes)

En este interludio dentro de la trama principal de Action Comics, conocemos mejor la historia de sus protagonistas actuales: Nightwing (Chris Kent) y Flamebird (Thara Ak Var).
Asistimos al momento en que Brainiac abdujo Kandor, y vemos cómo la unidad militar de élite Black Zero, liderada por Ursa en ausencia de Zod, es incapaz de detener al alienígena. Los padres de Thara Ak Var mueren por culpa de Ursa, Ursa se desmorona temiendo por su propia vida y Kandor es abducida, con Thara en su interior. Poco a poco, los presos de la ciudad embotellada comienzan a intentar rehacer sus vidas. Cuando Brainiac encuentra Argo City y la integra en Kandor, Zor-El y Alura se convierten en la nueva familia de Thara. Ambos han perdido lo mismo: una hija y unos padres. Thara, continuando con la estirpe familiar, entrará a formar parte del gremio militar, y el favoritismo de Jor-El y Alura harán que, cuando son elegidos como líderes, seleccionen a Thara como jefa de seguridad por encima de otros más preparados.
Saltamos a Chris Kent, a quien vemos en la Zona Fantasma después de que se encerrara voluntariamente para dejar atrapados a los invasores kryptonianos (se vio en Último Hijo). Sin saber bien por qué (puede ser por una mutación genética al haber nacido en la zona y haber estado expuesto al Sol amarillo de la Tierra), su cuerpo se hace adulto rápidamente, aunque sigue siendo un niño de mente. Consigue llegar a donde nació y fue criado, la prisión de Fort Rotz, donde permanecerá escondido y cuidado por… Non, el descerebrado y enorme antiguo mentor de Jor-El que fue lobotomizado.
Saltamos a Thara, que tiene pesadillas con un pájaro de fuego. Atormentada, buscará ayuda en los sacerdotes, que montarán una ceremonia en la que, finalmente, Thara verá claramente su visión: el mítico pájaro de fuego llamado Flamebird.
De nuevo Chris, que continúa viviendo entre las sombras alejado de sus monstruosos padres biológicos. Chris escucha las conversaciones de Zod, que siempre habla de derrotar a Superman si vuelve a tener la oportunidad. Pero Superman no fue el primero que derrotó a Zod, que es tremendamente obsesivo con los enemigos que le han vencido, y tiene una sala entera llena de material de Brainiac. Chris la encuentra, y tratando de contactar con Lois y Clark, se coloca unos electrodos de Brainiac en la cabeza, que le transmiten toda la información que poseen, convirtiendo su mente en la de un adulto, y creando una especie de vínculo entre la Zona Fantasma y Kandor. Un vínculo que sienten él y Thara, de tal que forma que se sienten mutuamente como una mitad de un todo. Thara está convencida de que a quien siente es a “su” Nightwing, su compañero de leyenda. Zod y Ursa descubren a Chris y desde ese momento comienzan a torturarlo constantemente, manteniéndolo encadenado y golpeándole siempre.
Thara, pese a no contar con la aprobación de los sacerdotes ni de Zor y Alura, emplea un traje experimental y un proyector de la Zona Fantasma modificado para poder entrar en ella a buscar a Chris. Thara lo encuentra, atado y destrozado, pero vivo. Se enfrenta a Ursa y los criminales, que quieren su proyector para escapar. Thara crea un campo de fuerza alrededor de ella y Chris, y Non queda atrapado con ellos. Zod le grita a Non que coja el proyector y se lo entregue, pero Chris le pide a Non que no lo haga. Non coge el proyector y… lo destroza, permitiendo que Chris y Thara huyan. Juntos por fin, Thara y Chris se convierten en los legendarios héroes kryptonianos Nightwing y Flamebird…

VALORACIÓN

HISTORIA (MUY BUENA): De acuerdo a que gran parte de esta información ya la teníamos clara de los flashbacks o comentarios que han ido surgiendo en Action Comics, pero me ha gustado tener atada y del tirón la historia de cómo Thara rescató a Chris y juntos se convirtieron en Nightwing y Flamebird. Además, un anual siempre es precisamente eso, un aporte de información extra a la colección que representa, no un episodio más de la misma.
DIBUJO (MUY BUENO): Gran trabajo de Pere Pérez tanto en lápiz como en tinta. No hay paneles excesivamente brillantes, pero sí un dibujo claro y efectivo en todas las páginas.
PORTADA (GENIAL): Gran dibujo, genial composición y excelente coloreado. Representativa del interior y llamativa en todos los aspectos.