El regreso del Caballero Oscuro (1986)

Guión: Frank Miller

Dibujo: Frank Miller (tintas de Klaus Janson y color de Lynn Varley)

COMENTARIO (por Javier Olivares)

No, no me he vuelto loco. Sé que este es un cómic de Batman. Para muchos, EL cómic de Batman. En 1986, Frank Miller se sacaba de la manga un cómic aclamado por público y crítica como una de las mejores historias de Batman jamás escritas. En ella, el guionista narraba la historia del regreso a la acción del héroe de Gotham, retirado ya desde hace 10 años, para combatir a una ciudad más decadente que nunca, a una banda conocida como Los Mutantes, y al regreso de dos de sus enemigos más peligrosos: Joker y Dos Caras. Contará con la ayuda de una jovencísima nueva (e inesperada) Robin, de su fiel Alfred (que no nos explicamos cómo aún no ha muerto de extrema vejez, ya que el propio Batman es un cincuentón largo) y de su aliado, el eterno comisario Gordon.

Al margen de que este cómic sea una de las obras que todas las listas citan como uno de los 5 imprescindibles del noveno arte, mi impulso de hacer este comentario ha sido por el tratamiento que nuestro héroe, Superman, recibe en el mismo. Todo tiene una historia, y la de esto parece ser que Miller, como no fue autorizado a escribir nunca una historia similar a esta pero con el Hombre de Acero como protagonista, decidió ridiculizarlo convirtiéndolo en un personaje tan poderoso como estúpido. El Superman de Miller, encajando perfectamente con lo que la historia requiere, es un pelele del gobierno, un arma empleada contra Batman, y un forzudo sin cerebro. Aparte del destello final de inteligencia, cuando parece comprender el plan de Bruce, Superman hace en este cómic lo que se le pide, sin cuestionar, sin pensar, actuando por su país porque es lo que debe hacer. Me quedé de piedra la primera vez que leí la primera intervención de Superman en el cómic, cuando el presidente de los USA, hablándole como quien hablaría a un niño, le viene a decir algo así como "chico, no nos vayas a fallar ahora". Nuestro azul amigo, por supuesto, asiente.

Sintetizando todo en una frase: ¿la mejor historia de Batman? Puede. ¿La más humillante representación de Superman como forzudo de circo al servicio de las cabecitas pensantes? Sin duda. ¿El mejor cómic de la historia? Uno de ellos, seguro.