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Guión: Otto BinderDibujo: Wayne Boring y Al Plastino
Este cómic reproduce íntegro el Superman #109, con tres historias autoconclusivas.
La primera se titula "El hombre que robó los poderes a Superman", y trata sobre un inteligente publicista que logra engañar al Hombre de Acero para que actúe, sin saberlo, como reclamo publicitario para que él se enriquezca. Superman acabará descubriendo el pastel y engañando al tipo para después ridiculizarlo públicamente. Pero como el hombre tampoco es una mala persona, Superman no lo detiene y le dice que emplee su ingenio en convertirse en un publicista honrado.
La segunda historia es la que se toma como imagen para la portada, y se titula "El supermuñeco con visión de rayos-X". En ella, Clark y Lois acuden a un espectáculo de ventriloquía protagonizado por un muñeco de Superman que simula los poderes del mismo. La sorpresa es que el muñeco parece poseer realmente visión de rayos-X, que querrá ser utilizada por unos pillos en sus fechorías. Superman lo impedirá, y al final sabremos que el muñeco y sus rayos-X no son más que una treta del ventrílocuo para el espectáculo.
La tercera historia se titula "Los desastres duplicados". En esta historia, desastres y catástrofes del pasado se están repitiendo. Un nuevo Titanic se hunde; un nuevo terremoto sacude San Francisco; un meteorito gigante cae en el desierto, la erupción del Vesubio... Todo ello relacionado con unas películas que un productor está proyectando, y que parecen ser captadas por una "misteriosa cultura del espacio que repite lo que ve". Superman creará una nueva película en la que un arco iris gigante, acompañado de una buena bolsa de oro para cubrir los daños anteriores, aparece en el horizonte.
VALORACIÓN:
El sabor clásico de estas historias no pasa desapercibido. Acompañadas todas del buen hacer del dibujo de Boring y Plastino, la primera arrastra una enorme moraleja (aprovecha tu talento para el bien); la segunda tan solo es una breve y divertida historieta sin más pretensión que entretener y llenar algunas páginas; y la tercera es quizá la más sorprendente. No tanto por su historia en sí, si no por el sorprendente y forzadísimo final: Superman, un alienígena de otro mundo capaz de mover montañas, se maravilla de que ahí fuera puedan haber mundos y culturas con un poder más allá de lo imaginable. ¿Y qué pasará después del arco iris de oro? ¿Seguirán los alienígenas copiando desastres? Eso, amigo lector, queda a nuestra imaginación. Era la magia de la precrisis y el cómic antiguo. No pienses, no le des vueltas. Solo relájate y disfruta.
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